Más adelante en la jornada, Estados Unidos y Pakistán se enfrentaron en un debate cara a cara, pero el desarrollo no fue el esperado. A medida que ambos países intervenían, los presidentes notaron que sus argumentos estaban desorganizados, poco claros y sin dirección concreta. Debido a esto, y ante la falta de un intercambio útil para el debate, los presidentes interrumpieron la discusión y ordenaron a ambas delegaciones volver a sus asientos, dando por finalizado el cara a cara sin un resultado definido.
Posteriormente, se realizó un cara a cara entre Colombia y Chile. A diferencia del anterior, este debate fue más estructurado. Ambas delegaciones presentaron sus ideas con claridad, pero Colombia se impuso con argumentos más sólidos, lo que le otorgó la victoria en esa ronda.
Sin embargo, durante la votación, China se negó a votar a favor de cualquiera de las dos delegaciones. En su lugar, exigió a los presidentes que consultaran al Secretario General si esa decisión era válida. Ante la respuesta negativa por parte de la mesa —confirmando que no era posible abstenerse en ese tipo de votación—, China insistió en que quería hacer la consulta directamente con el Secretario General. Al recibir nuevamente una respuesta negativa, la delegación de China retomó sus actitudes irrespetuosas, generando incomodidad entre los presentes.
Como consecuencia, la mesa decidió amonestar nuevamente a China y pidió que la delegación saliera del salón durante cinco minutos, como medida disciplinaria. El ambiente se tornó tenso, y quedó claro que el respeto a las normas del debate era fundamental para el desarrollo de la sesión.
Finalmente, China fue amonestado una cuarta vez por irrespetar al Presidente.
Valentina Alvarado.
