En una nueva ronda del debate, la delegación de Rusia lanzó una pregunta directa a Venezuela, cuestionando cómo planea proteger los derechos de las minorías étnicas si ni siquiera logra garantizar los derechos de las personas que no pertenecen a estas comunidades. Fue una intervención fuerte que captó la atención de la sala.
Venezuela, a pesar de haber solicitado dos turnos para responder, no logró dar ninguna respuesta concreta. Incluso se le concedieron dos turnos adicionales, pero la delegación siguió sin intervenir ni aclarar su posición, lo que generó frustración entre algunos participantes y ralentizó nuevamente el ritmo del debate.
Ante la falta de avances, los presidentes propusieron dar por terminado el debate y comenzar con la elaboración de los papeles de trabajo. Sin embargo, esta solicitud fue rechazada por el Secretario de Logística, quien consideró que aún había espacio para continuar discutiendo. Gracias a esto, el debate se mantuvo abierto y prosiguió con normalidad.
Fue entonces cuando Reino Unido intervino con una crítica directa hacia Colombia y China. Señaló que ambos países excluyen a sus minorías, y fue especialmente crítico con los proyectos presentados por Colombia, afirmando que podrían quedar obsoletos si hay un cambio de presidente, lo que puso en duda la sostenibilidad y seriedad de sus propuestas.
Esta intervención reactivó el ambiente del debate y abrió paso a nuevas tensiones entre delegaciones, justo cuando parecía que la sesión iba a concluir.
Valentina Alvarado Bernal.