La jornada inició puntualmente, pero no sin incidentes. La delegación de Filipinas recibió su cuarta amonestación, esta vez por llegar tarde, lo que ya constituía una falta grave según las normas del debate. Por ello, se le pidió que abandonara la sala, al menos de forma temporal, como medida disciplinaria.
Una vez comenzada la sesión, China dirigió una pregunta a Pakistán, cuestionando qué plan concreto tiene para proteger los derechos de su población. La delegación de Pakistán respondió con inseguridad, afirmando no estar segura de sus planes en ese aspecto, lo que dejó dudas entre los presentes.
Palestina aprovechó el momento para presionar aún más a Pakistán, preguntándole por qué siguen vulnerándose los derechos de las mujeres en su territorio. Pakistán respondió que aún no ha sido posible generar un cambio, lo que llevó a que la mesa le pidiera tener argumentos más sólidos y mejor fundamentados si deseaba sostener su posición ante las demás delegaciones.
En respuesta a esa intervención, China atacó directamente a Palestina, argumentando que Palestina también vulnera los derechos de las mujeres y que no está en posición de juzgar a otros países. Palestina no respondió, lo que generó cierto silencio incómodo en la sala, mientras las demás delegaciones observaban el cruce con atención.
Este inicio de jornada reflejó un ambiente más crítico y confrontativo, en el que las delegaciones no solo eran evaluadas por sus propuestas, sino también por la solidez de sus respuestas ante preguntas difíciles y por la coherencia de sus posturas respecto a los derechos humanos.
