El segundo día del juicio comenzó con una sorpresa: el fiscal Robert Jackson dejó su rol acusador y comenzó a defender a los implicados, alegando irregularidades en el proceso. Su decisión generó desconcierto total.
Minutos después, Carl fue descubierto portando un arma en plena audiencia, lo que provocó su inmediata expulsión de la sala. Estos hechos alteraron por completo el orden del juicio y dejaron al tribunal en crisis.