La segunda jornada del Consejo de Seguridad sobre la emigración hacia Estados Unidos dejó ver una clara profundización del desacuerdo entre los dos bloques. Mientras que el grupo liderado por EE. UU. defiende su derecho soberano a controlar sus fronteras, el bloque encabezado por Cuba sigue denunciando lo que llama una “política migratoria excluyente y discriminatoria”.
Choques discursivos
Durante las primeras intervenciones del día, el representante de Estados Unidos reafirmó que la seguridad nacional debe estar por encima de cualquier presión internacional. A esto, el delegado de Cuba respondió con dureza, asegurando que “el discurso de seguridad esconde una actitud selectiva que rechaza a los países del sur global”.
El ambiente se volvió más tenso cuando Rusia acusó a EE. UU. de fomentar crisis en otros países que luego provocan oleadas migratorias. China respondió que si bien se debe controlar la migración, también se deben revisar las causas externas que la originan.
Disputas internas en los bloques
Aunque los bloques parecen firmes, no todos los países opinan igual dentro de cada grupo. En el bloque de EE. UU., México mostró posturas más moderadas y pidió “cooperación, no solo contención”. Mientras tanto, Francia, en el bloque contrario, dejó entrever que no comparte del todo los métodos de denuncia frontal usados por sus aliados.
Esto ha generado divisiones internas que podrían debilitar las posiciones más extremas y abrir el camino a una posible mediación. Aun así, las diferencias centrales siguen marcando el ritmo de la discusión.
Temas que aún no se abordan
Hasta el momento, poco se ha discutido sobre el rol de los organismos internacionales, la protección de niños migrantes o el impacto del cambio climático como causa de desplazamientos. Algunos delegados han pedido que estos temas se incluyan en las próximas sesiones.
Observación del reportero
La jornada ha dejado claro que este no será un debate de rápida resolución. Las emociones, las ideologías y los intereses nacionales están entrelazados. Por ahora, las posturas se endurecen, y la posibilidad de un acuerdo aún parece lejana.